Las intensas lluvias que azotaron Kerr, en el centro-sur de Texas, han dejado un devastador saldo de al menos 27 fallecidos y decenas de desaparecidos, según los reportes iniciales de las autoridades locales. Entre las víctimas se encuentran nueve niños, quienes se encontraban en un campamento de verano en Camp Mystic, cerca del río Guadalupe, que se desbordó tras una subida repentina de ocho metros en menos de una hora. Las lluvias, descritas como las más catastróficas del último siglo en la región, sorprendieron a los habitantes en la madrugada del 4 de julio. Rescatistas han trabajado arduamente para evacuar a más de 850 personas, auxiliados por helicópteros y nadadores especializados.
La respuesta inmediata incluyó la declaración de desastre firmada por el gobernador Greg Abbott, y el compromiso del presidente Donald Trump de enviar ayuda federal, calificando los hechos como una situación trágica. Además, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ha asegurado la activación de recursos de la FEMA, pese a los desafíos internos de la agencia. La Guardia Costera también está desplegada en la zona para auxiliar a los damnificados. Las familias afectadas continúan en busca de sus seres queridos, especialmente las niñas desaparecidas del campamento, mientras se intensifican los operativos de búsqueda y rescate en las áreas afectadas.
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