Las inundaciones severas en el centro-sur de Texas han dejado un oscuro panorama, con al menos 25 muertes confirmadas y decenas de desaparecidos, incluida un grupo significativo de 23 niñas de un campamento de verano cristiano a orillas del río Guadalupe. La situación ha sido desencadenada por intensas tormentas que comenzaron el jueves por la noche, provocando una crecida histórica del río que alcanzó casi 10 metros de altura. A medida que las autoridades continúan las labores de rescate, se han desplegado amplios equipos de búsqueda, incluidos 14 helicópteros y 12 drones, en esfuerzo por localizar a las personas todavía inhallables.
El gobernador de Texas ha declarado varias áreas como zonas de desastre mientras la comunidad y los organismos de emergencia se preparan para un período prolongado de operaciones en la búsqueda y asistencia a los afectados. Asimismo, el presidente de Estados Unidos ha calificado la situación como «terrible» y ha prometido apoyo federal. Con más lluvias pronosticadas para el fin de semana, la alerta permanece activa, instando a los residentes cercanos al Guadalupe y sus afluentes a evacuar hacia terrenos más altos, mientras la memoria de tragedias pasadas resuena en un área conocida por su vulnerabilidad a inundaciones repentinas.
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