La joven estudiante se encontraba disfrutando de unas vacaciones junto a su novio antes de regresar a Taiwán para continuar con su intercambio universitario. La pareja había decidido aprovechar el receso académico para explorar nuevos destinos y fortalecer su relación antes de retomar sus respectivas responsabilidades académicas. La experiencia del intercambio había sido enriquecedora para ella, permitiéndole no solo avanzar en su formación académica, sino también ampliar sus horizontes culturales y personales. Durante sus vacaciones, ambos compartieron momentos de relajación y aventura, planeando con entusiasmo su próximo regreso a la rutina universitaria.
El regreso a Taiwán no solo significaba la continuación de sus estudios, sino también una oportunidad para seguir forjando lazos con compañeros internacionales y profesores que habían contribuido significativamente a su crecimiento profesional y personal. El tiempo fuera de su país había sido un periodo de aprendizaje y adaptación en un entorno completamente nuevo, enriquecido por la diversidad cultural y las experiencias compartidas con estudiantes de todo el mundo. A pesar de las dificultades que puede acarrear vivir lejos de casa, la joven se sentía preparada y motivada para afrontar el siguiente tramo de su formación, segura de que las habilidades adquiridas durante su intercambio serían fundamentales para su futura carrera.
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