Dos puentes ferroviarios se han derrumbado en las regiones rusas fronterizas de Briansk y Kursk, provocando el descarrilamiento de trenes y resultando en la muerte de al menos siete personas y decenas de heridos, según autoridades rusas. El colapso del puente en Briansk ocurrió mientras un tren de pasajeros se dirigía hacia Moscú, llevando a 388 personas a bordo. El gobernador local, Alexander Bogomaz, informó que 47 personas fueron hospitalizadas, incluyendo tres niños. Inicialmente, se sugirió que una «interferencia ilegal» pudo ser la causa, pero una explosión fue citada más tarde como origen del colapso. Alexander Klishas, del Consejo de la Federación, acusó a Ucrania del incidente, tildando al país de «enclave terrorista». Sin embargo, Ucrania aún no ha emitido comentarios sobre los sucesos y Reuters no ha podido verificar de forma independiente las acusaciones.
En la región de Kursk, otro puente colapsó mientras un tren de mercancías lo cruzaba, lo que llevó al incendio de la locomotora. Las autoridades informaron que parte del tren cayó sobre una carretera, pero el fuego fue controlado rápidamente. Un miembro de la tripulación resultó herido y fue hospitalizado. Las regiones del sur de Rusia han sido foco de ataques desde el inicio del conflicto con Ucrania, con frecuentes bombardeos y ataques de drones. Los esfuerzos de rescate en Briansk continúan con la participación de unos 180 efectivos, y las autoridades han publicado imágenes en redes sociales del intento de rescate de pasajeros. El tren de Briansk viajaba desde Klimovo hacia Moscú, y el incidente ocurrió cerca de la frontera con Ucrania.
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