El yacimiento arqueológico en el sur de Jordania ha sido afectado adversamente debido a una intensa borrasca que ha traído consigo fuertes lluvias, provocando inundaciones repentinas en varios valles de la región. Las precipitaciones han sido especialmente intensas en las últimas 48 horas, generando preocupación entre las autoridades locales por el posible daño a estructuras y artefactos históricos valiosos. Equipos de emergencia trabajan contrarreloj para desviar las aguas y proteger las áreas más vulnerables, mientras se evalúan las medidas para mitigar el impacto de futuras lluvias.
Esta situación ha despertado un fuerte interés en la comunidad internacional de arqueología, que sigue de cerca los esfuerzos de conservación del sitio. Las condiciones climáticas extremas subrayan la necesidad de desarrollar planes de contingencia para proteger el patrimonio en áreas propensas a fenómenos naturales de este tipo. Las autoridades jordanas han solicitado apoyo técnico y financiero a organizaciones especializadas para implementar soluciones de protección a largo plazo, asegurando que estos valiosos registros del pasado puedan ser preservados para las generaciones futuras.
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