Una niña de 11 años en Colombia se enfrentó a serias complicaciones de salud al dar a luz a un bebé de 3,6 kilos, un peso considerable que su cuerpo inmaduro no estaba preparado para soportar. Los médicos advirtieron que el embarazo en menores de edad conlleva un alto riesgo debido al desarrollo físico incompleto. La situación ha generado alarma en las autoridades sanitarias locales, quienes han enfatizado la necesidad de fortalecer programas de educación sexual y reproductiva para evitar situaciones similares en el futuro.
El caso ha encendido el debate sobre la atención médica y social que se debe brindar a niñas y adolescentes embarazadas. Expertos en salud pública han subrayado la importancia de políticas que proporcionen acceso a servicios de salud adecuados y apoyo psicológico a menores en estas circunstancias. Mientras tanto, la comunidad se encuentra dividida entre los llamados a una mejor educación sexual y los que exigen una intervención judicial más rigurosa para aquellos culpables de abuso infantil.
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