En la madrugada del sábado, dos explosiones en un bloque de viviendas en el norte de La Haya han resultado en al menos cuatro muertos y tres heridos, según reportes de las autoridades locales. Las detonaciones, ocurridas alrededor de las seis y cuarto, han destruido parte de la estructura, afectando a cinco de sus pisos y obligando a la evacuación de 40 residentes para prevenir más accidentes. Las operaciones de rescate, dificultadas por un incendio posterior, se han extendido toda la noche. La policía investiga la posible conexión entre lo ocurrido y un coche incendiado hallado cerca, así como otro vehículo que testigos vieron huir de la escena. El alcalde de La Haya, Jan van Zanen, ha comunicado en una rueda de prensa que las labores han pasado de ser de rescate a salvamento, admitiendo la escasa probabilidad de hallar más supervivientes.
Paralelamente, la Unidad de Búsqueda y Rescate Urbano (USAR) ha trabajado incansablemente junto a los bomberos para remover los escombros que amenazan con hundirse, lo cual obstaculiza el avance en la búsqueda de posibles cadáveres. El primer ministro, Dick Schoof, y los reyes Guillermo y Máxima han expresado su consternación y solidaridad con las víctimas y sus familias a través de mensajes en las redes sociales. El Servicio Nacional de Atención a Víctimas ha extendido su horario de operación para atender a los afectados por el incidente, que ha dejado a la comunidad en estado de shock. Las autoridades locales continúan solicitando la colaboración de testigos y esperan que las investigaciones arrojen luz sobre las causas y responsables del siniestro.
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