Dos miembros de la Policía haitiana han perdido la vida y otros dos han resultado gravemente heridos tras la explosión de un dron kamikaze cargado de explosivos en una base de fuerzas especiales en Kenscoff, a las afueras de Puerto Príncipe. El incidente, reconocido como un «accidente» por el Gobierno haitiano, ocurrió cuando el dron estaba siendo transportado por civiles en un gesto considerado de buena fe. Sin embargo, aún no se han esclarecido las causas de la detonación.
El uso de drones en la lucha contra las bandas criminales ha generado controversia, ya que muchos líderes pandilleros están refugiados en zonas altamente protegidas. La Oficina del Alto Comisionado de la ONU en Derechos Humanos ha señalado que esta táctica refleja la desesperación del Gobierno frente a una situación de seguridad crítica. Aunque la tecnología se considera un recurso en la lucha contra la criminalidad, se advierte que la aplicación de fuerza letal debe limitarse a situaciones de amenaza inminente, dada la falta de un conflicto armado formal en el país.
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