La reconstrucción del enclave afectado por conflictos podría extenderse por más de una década, estimó Naciones Unidas en un reciente informe. Este proceso de recuperación enfrenta múltiples retos, incluyendo la falta de infraestructura básica, recursos limitados y la necesidad de atender a una población desplazada que retorna a sus hogares en busca de estabilidad. Los organismos internacionales subrayan la importancia de una coordinación efectiva entre gobiernos, organizaciones no gubernamentales y la comunidad internacional para agilizar los esfuerzos de rehabilitación y asegurar que se cumplan las necesidades más urgentes de la población.
Además, el informe destaca la importancia de abordar no solo las infraestructuras físicas, sino también el tejido social y económico del enclave. Las comunidades afectadas requieren acceso a servicios esenciales como educación y salud, además de oportunidades laborales para garantizar un desarrollo sostenible a largo plazo. Las Naciones Unidas enfatizan que, aunque el camino es complejo y demandante, el esfuerzo concertado podría revitalizar la región y ofrecer un futuro más promisorio a sus habitantes, siempre y cuando se mantenga el compromiso internacional y se promueva un enfoque inclusivo y participativo en cada etapa del proceso de reconstrucción.
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