Al menos 27 personas han fallecido por disparos en un punto de distribución de alimentos en Rafah, al sur de Gaza, durante la mañana del martes. El Ministerio de Salud de la Franja, bajo control de Hamás, informa que el ejército israelí abrió fuego, dejando también 90 heridos. Las Fuerzas de Defensa de Israel admitieron haber disparado, alegando que se sintieron amenazados por un grupo que se desviaba de las rutas designadas hacia las tropas. Israel ha anunciado una investigación sobre el incidente. Organizaciones como Cruz Roja han corroborado la llegada de víctimas, mientras que la Fundación Humanitaria de Gaza niega responsabilidad directa, señalando que los hechos ocurrieron lejos del centro de reparto.
El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, ha calificado los ataques como inadmisibles, sugiriendo que Israel podría estar cometiendo delitos de guerra al impedir el acceso seguro a ayuda humanitaria. Hamás condena las acciones como genocidio, instando a la ONU a intervenir. La situación en Gaza es alarmante, con casi 470,000 personas al borde de la inanición y una crisis humanitaria sin precedentes, según Naciones Unidas. Las organizaciones internacionales critican el sistema actual de distribución de ayuda, impulsado por Israel y EE.UU., por no cumplir con los principios humanitarios básicos y convertirse en un riesgo mortal para los gazatíes.
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