En un dramático episodio de violencia, el Complejo Médico Nasser fue el blanco de un ataque, centrado en el cuarto piso de sus instalaciones. Este primer impacto dejó atónitos a los presentes y generó una inmediata respuesta de los servicios de emergencia, mientras la comunidad médica intentaba evaluar la magnitud de los daños y prestar atención a los heridos. Pacientes y personal del hospital, en estado de pánico, fueron evacuados mientras se trataba de restablecer el orden en medio del caos generado por la explosión inicial.
Sin embargo, el terror no terminó ahí. Un segundo ataque ocurrió al llegar las ambulancias al lugar, complicando aún más el rescate de las víctimas y poniendo en riesgo a los equipos de socorro que intentaban salvar vidas. Este agravamiento de la situación evidenció una estrategia meticulosa para maximizar el impacto del atentado, generando una crisis humanitaria y desencadenando múltiples llamados internacionales para condenar el acto. La comunidad se encuentra ahora en estado de alerta, temerosa de nuevos ataques y clamando por seguridad y justicia.
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