Al menos 66 personas perdieron la vida y más de un centenar resultaron heridas en un bombardeo israelí sobre un edificio residencial cercano al hospital Kamal Adwan en Beit Lahia, al norte de Gaza. Este ataque es parte de una escalada de violencia en la región y ocurrió después de que otro bombardeo en Sheikh Radwan, en la ciudad de Gaza, causara la muerte de 22 personas, incluidos 10 niños. Según fuentes médicas y la agencia de noticias palestina Wafa, el ataque en Beit Lahia ha sido calificado como una «masacre horrible», y se teme que todavía haya cuerpos enterrados bajo los escombros debido a las dificultades que enfrentan los equipos de rescate para acceder a las áreas devastadas.
El personal del hospital Kamal Adwan se encuentra desbordado, enfrentando severas limitaciones para atender a las víctimas debido a la falta de cirujanos y equipos especializados, consecuencia de los ataques previos que destruyeron sus generadores de oxígeno y resultaron en la detención de pacientes y personal médico. La crisis humanitaria se agrava con cada día, con un saldo de más de 2.000 muertos y 6.000 heridos desde que la ofensiva israelí se intensificó en octubre. Con la cifra de fallecidos superando los 44.000 desde el inicio del conflicto en 2023, la situación en Gaza se perfila como una de las más desesperadas y urgentes a nivel global, mientras las autoridades locales claman por la intervención internacional y la provisión urgente de suministros médicos.
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