Este viernes, un avión medicalizado operado por Jet Rescue Air Ambulance se estrelló en el noreste de Filadelfia, apenas dos días después de un trágico accidente aéreo en Washington. La aeronave, un Learjet 55 con matrícula mexicana, se precipitó contra la tierra frente a un concurrido centro comercial en Roosevelt Boulevard, provocando un estallido de fuego y humo visible desde varios puntos cercanos. A bordo viajaban seis personas, entre ellas un paciente pediátrico y su acompañante, los cuales se teme que no hayan sobrevivido al impacto. La explosión, avivada por el combustible, no solo destruyó el avión, sino que también afectó varias viviendas y vehículos en la zona. Las autoridades han evacuado el centro comercial Roosevelt Mall como medida preventiva, y los equipos de emergencia trabajaron intensamente en el lugar, logrando trasladar a seis heridos al Temple University Hospital-Jeanes, algunos de los cuales ya han sido dados de alta.
El desastre ha generado una rápida respuesta tanto entre funcionarios locales como federales. El presidente Donald Trump expresó su pesar y apoyo a los afectados a través de su red social, Truth, mientras que el gobernador de Pensilvania, Josh Saphiro, garantizó la cooperación estatal en las labores de emergencia. La Administración Federal de Aviación (FAA) y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) han iniciado la investigación para determinar las causas del siniestro. Los primeros informes sugieren que el avión, que se dirigía al Aeropuerto Nacional Springfield-Branson antes de su destino final en Tijuana, comenzó a incendiarse antes de colisionar, cayendo como un proyectil sobre la zona residencial. Las circunstancias del accidente han reavivado el debate sobre la seguridad aérea en áreas densamente pobladas, especialmente tras el reciente incidente en Washington.
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