Casi 2.000 bomberos y militares están desplegados este miércoles en el departamento de Aude, al sureste de Francia, para combatir un incendio devastador que se originó el martes por la tarde y ya ha destruido 13.000 hectáreas. El fuego, considerado el mayor registrado en el país este verano, ha causado la muerte de una mujer de 65 años y ha dejado nueve heridos. Las llamas avanzan rápidamente, impulsadas por rachas de viento, lo que ha obligado a cerrar la autopista A9, que conecta Francia con España. Las autoridades advierten que las condiciones meteorológicas, caracterizadas por altas temperaturas y fuertes vientos, dificultan los esfuerzos de extinción.
Ante esta emergencia, el Gobierno ha desplegado una flota aérea compuesta por aviones y helicópteros para asistir a los 1.800 bomberos en tierra. El primer ministro François Bayrou y otros ministros se trasladarán a la zona afectada. Desde España, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ya ha ofrecido apoyo. La zona está en alerta roja por riesgo de incendios, según Meteo France, y otros nueve departamentos están en alerta naranja. En Jonquières, otro municipio afectado, la mayoría del territorio ha sido calcinado, dejando a los residentes en un escenario desolador mientras se continúan las labores de emergencia.
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