El evento ocurrió frente al imponente Centro Cultural Internacional, donde se había organizado una celebración posterior a un partido de fútbol americano. Bajo grandes carpas blancas, los asistentes disfrutaban de comida y bebida en amplias mesas dispuestas para fomentar la interacción y el esparcimiento. La atmósfera era festiva y la concurrencia, numerosa, lo que subrayaba la importancia del evento deportivo y su capacidad para reunir a la comunidad en un ambiente de celebración y camaradería.
Sin embargo, la celebración se vio interrumpida por un inesperado incidente que rápidamente atrajo la atención de todos los presentes. Las autoridades locales, que habían prevenido con seguridad para el evento, actuaron con rapidez para controlar la situación y garantizar la seguridad de los asistentes. Los organizadores, sorprendidos por el giro de los acontecimientos, trabajaron junto a las fuerzas del orden para restablecer el orden y permitir que la jornada, inicialmente planificada como una fiesta comunitaria, concluyera con la mínima alteración posible para los participantes.
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