Un niño de 8 años falleció en Lehi, Utah, tras dispararse accidentalmente con el arma de su madre, guardada bajo el asiento del coche, mientras esta estaba en una gasolinera. La policía respondió a la emergencia el lunes por la noche y el menor, trasladado en helicóptero al hospital, murió al día siguiente. El incidente se suma a una preocupante estadística: en 2023, 11,515 personas han muerto por armas de fuego en EE.UU., incluyendo 166 niños menores de 11 años. El aumento de muertes por armas de fuego entre jóvenes supera a otros países occidentales y es la principal causa de muerte infantil en EE.UU. desde 2020.
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