En un suceso que ha generado conmoción, el FBI y el Gobierno han confirmado que el atacante que se quitó la vida tras intentar llevar a cabo un atentado tenía como objetivo las instalaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE). Esta agencia es conocida por su papel en la deportación de inmigrantes sin papeles. Fuentes oficiales indican que el individuo actuó en solitario y que, previo al incidente, habría mostrado comportamientos y declaraciones que ya preocupaban a las autoridades, aunque no se consideró una amenaza inmediata.
El ataque fallido ha reavivado el debate sobre los métodos y políticas del ICE, provocando una oleada de reacciones en diversos sectores de la sociedad. Activistas han señalado que este tipo de incidentes son un reflejo de las tensiones crecientes y la polarización en torno al tema de la inmigración en el país. Mientras tanto, la agencia ha incrementado las medidas de seguridad en sus instalaciones a nivel nacional y las autoridades continúan investigando las motivaciones y los posibles vínculos del atacante con grupos extremistas.
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