Una alarmante ola de suicidios ha sacudido la Dirección General de Finanzas Públicas (DGFiP) en Francia, donde trece empleados han perdido la vida en un corto período de seis meses, y otros ocho han intentado suicidarse. Estas cifras, que igualan la cantidad de suicidios ocurridos en todo 2024, duplican la media nacional de suicidios, lo que resalta una potencial crisis de salud mental en esta institución pública. La directora general de Administración, Amélie Verdier, ha confirmado la gravedad de la situación y el impacto emocional en la comunidad laboral, recalificando las muertes no como eventos aislados, sino como una serie de tragedias interconectadas.
Las causas detrás de este fenómeno son objeto de debate, y sindicatos como Solidaire Finance Publiques apuntan a una creciente insatisfacción entre los empleados atribuida a la carga de trabajo excesiva y la presión organizativa. La DGFiP ha enfrentado recortes constante de personal en los últimos años, lo que ha deteriorado las condiciones laborales. Aunque se reconoce que los factores detrás del suicidio son multifactoriales, hay un consenso creciente sobre la necesidad de abordar esta crisis, con el ministerio planeando investigar cada suicidio y ofrecer formación en salud mental a sus empleados. Sin embargo, los representantes sindicales subrayan que esto solo es un primer paso necesario en una situación que demanda un cambio estructural más profundo en el entorno laboral.
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