Málaga está bajo los efectos devastadores de una depresión aislada en niveles altos (DANA) que ha traído lluvias intensas y han dejado ya a miles de personas desalojadas. La provincia se encuentra actualmente bajo un aviso rojo, indicando peligro extremo, hasta la medianoche. La inundación ha afectado severamente al hospital Clínico, obligando a suspender toda actividad excepto emergencias, y numerosos centros de salud también han cerrado. El sistema de transporte ha sido ampliamente interrumpido: se cancelaron servicios de tren, incluyendo el AVE a Madrid, y se evacuó la estación de tren María Zambrano. El aeropuerto ha sufrido cancelaciones y desvíos, y la compañía de autobuses Alsa ha detenido varios servicios, afectando las conexiones dentro y fuera de la provincia.
Las fuertes lluvias han ocasionado el desbordamiento de arroyos generalmente secos, como el Jaboneros, causando estragos en las áreas cercanas. La Universidad de Málaga y diversas instituciones educativas han interrumpido sus actividades debido a los daños ocasionados. El río Guadalmedina ha mostrado un caudal elevado sin riesgos inmediatos, según el alcalde, mientras que el río Benamargosa ya ha inundado viviendas en su localidad homónima. Ante esta situación de emergencia, 81 municipios andaluces han implementado sus planes de emergencia local. Aunque las carreteras también han sido afectadas, con varios cortes, la urgencia de la situación podría llevar al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, a solicitar la colaboración del Ejército si la situación lo requiere. La gravedad del clima también ha llevado a la Federación Internacional de Tenis a retrasar un evento deportivo destacado.
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