Moscú enfrenta este martes una severa crisis tras una tormenta de verano que ha colapsado las calles de la capital rusa. Desde el lunes, la ciudad ha registrado precipitaciones históricas, provocando inundaciones que han arrasado terrenos y causado daños severos en decenas de vehículos. Las intensas lluvias han causaron también fallos eléctricos en diversas zonas, complicando el funcionamiento de trenes y tranvías y afectando la movilidad de miles de ciudadanos que intentan sortear los charcos que han cortado las vías principales.
A pesar de las condiciones adversas, muchos habitantes han optado por caminar o utilizar sus coches para desplazarse, adaptándose a la situación caótica. Imágenes y videos compartidos en redes sociales han documentado la magnitud de los daños, incluyendo la inundación de parkings subterráneos. Hasta el momento, las autoridades locales no han reportado heridos ni pérdidas materiales significativas, pero la situación sigue siendo monitoreada ante la continuidad de las lluvias en un verano que ha sido notablemente húmedo para la región.
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