En el mundo de la tauromaquia, Roca Rey y Morante de la Puebla destacan como dos figuras icónicas que capturan la atención de diversos sectores del público. Mientras que Roca Rey ha sido elevado a la categoría de leyenda gracias al apoyo incondicional del público más joven y urbano, conocido coloquialmente como el «gafapastismo», su estilo contemporáneo y audaz en la plaza ha resonado con aquellos que buscan una interpretación moderna de la tradición taurina. Este torero peruano ha sabido conectar con una nueva generación de aficionados, quienes valoran tanto su destreza técnica como su carisma magnético, consolidándolo como un fenómeno cultural más allá del ámbito taurino.
Por su parte, Morante de la Puebla logra convocar simpatías con un estilo que reverbera con los tradicionales amantes de la fiesta brava. El torero sevillano, reconocido por su toreo clásico e interpretación artística única, se convierte en un baluarte del purismo y el romanticismo taurino. Su presencia en los ruedos evoca nostálgicas reminiscencias de épocas pasadas, atrayendo a un público diverso que aprecia el arte de la tauromaquia en su expresión más pura. La figura de Morante se alza como una de las últimas representaciones del torero tradicional, generando un sentimiento de pertenencia y continuidad cultural entre los aficionados de antaño. Juntos, Roca Rey y Morante de la Puebla encarnan la dualidad entre modernidad y tradición que define el panorama actual de la tauromaquia.
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