Durante más de cincuenta años, una emblemática discoteca se erigió como el epicentro de la vida nocturna en Palma, forjando su fama a través de memorables actuaciones de renombrados artistas internacionales. Nombres legendarios como Charles Aznavour, Ray Charles y Lola Flores deleitaron al público con sus espectáculos, consolidando el prestigio del lugar. Este reconocido establecimiento no solo atrajo a multitudes deseosas de disfrutar de buena música, sino que también se convirtió en un símbolo cultural de la ciudad, marcando una era dorada en el entretenimiento nocturno.
Con el paso del tiempo, la discoteca experimentó una transformación significativa al adaptarse a nuevas tendencias. Se reinventó como el destino predilecto para los amantes de la música electrónica, convirtiéndose en un lugar de referencia para los pinchadiscos más destacados del momento. Esta metamorfosis permitió que el local mantuviera su relevancia en la escena nocturna, atrayendo a nuevas generaciones ávidas de ritmos modernos y experiencias vibrantes. Así, el icónico espacio logró preservar su esencia mientras evolucionaba con el cambiante paisaje musical, asegurando su lugar en la historia cultural de Palma.
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