El Metro de Madrid ha reforzado las medidas de seguridad y normas de comportamiento para sus usuarios con el objetivo de garantizar un viaje seguro y ordenado. Según el reglamento vigente, los pasajeros tienen estrictamente prohibido ocupar cualquier espacio que no esté destinado específicamente para su uso. Esto incluye viajar en áreas no autorizadas dentro de los vagones del metro, como pueden ser las cabinas de conducción o las zonas destinadas para personal del metro y mantenimiento. La normativa busca evitar situaciones que puedan poner en riesgo tanto la seguridad de las personas como el correcto funcionamiento del servicio.
El incumplimiento de estas normas puede conllevar sanciones para los infractores, que van desde multas económicas hasta la expulsión de las instalaciones del metro. La empresa gestora del Metro de Madrid ha destacado la importancia de respetar estas regulaciones para asegurar un entorno seguro y eficiente para todos los usuarios. Este enfoque refuerza el compromiso del metro con la seguridad y el bienestar de los millones de pasajeros que utilizan este medio de transporte diariamente en la capital española.
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