La aplicación de videos TikTok ha solicitado a la Justicia de Estados Unidos la suspensión de una ley que podría forzar su prohibición en el país, esperando ganar tiempo antes de que Donald Trump reasuma la presidencia en enero. La ley ordena que TikTok se desligue de su compañía matriz china, ByteDance, antes del 19 de enero para continuar operando en Estados Unidos. Irónicamente, esta legislación fue promovida en un principio por el propio Trump. Sin embargo, en una inesperada reconfiguración de su postura, Trump ha manifestado su oposición actual a la ley, argumentando que cerrar TikTok otorgaría una ventaja a Facebook, un rival al que también considera problemático. Mientras tanto, TikTok sostiene que no hay una amenaza inminente para la seguridad nacional y busca que se otorgue una medida cautelar que permita un proceso judicial ordenado.
En contraste, las preocupaciones con respecto a TikTok se mantienen firmes en el seno del gobierno estadounidense y sus aliados. La legislación original, que obliga a ByteDance a vender TikTok a una empresa no china, se basa en temores sobre la posibilidad de que la plataforma comparta datos de sus usuarios estadounidenses con el gobierno chino, o que pueda influir en la opinión pública estadounidense. A pesar del cambio de postura de Trump, varios de sus aliados políticos continúan apoyando la prohibición. Figuras destacadas como el senador Marco Rubio y otros miembros de su próximo gabinete han expresado que TikTok representa una «herramienta china de espionaje». TikTok, por su parte, ha negado estas acusaciones, calificándolas de injustificadas y alegando que la ley impone una censura que viola la Primera Enmienda de los Estados Unidos.
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