En un análisis reciente, un experto en comportamiento y lenguaje corporal ha explorado las raíces psicológicas de la mentira en el contexto actual, marcado por la proliferación de noticias falsas, vídeos generados mediante inteligencia artificial y un sinfín de archivos históricos que desmienten las declaraciones de los políticos. Según el experto, la mentira ha evolucionado en la era digital, ya que las herramientas tecnológicas permiten crear realidades falsas con un nivel de sofisticación sin precedentes. Este entorno ha cambiado la percepción de la verdad y ha dificultado la confianza pública, dado que no solo los líderes políticos, sino también los ciudadanos, enfrentan un desafío constante para distinguir entre la realidad y la ficción.
Las consecuencias de este fenómeno son profundas, ya que, según el análisis, la capacidad de los archivos y hemerotecas para exponer las falsedades no parece tener un impacto significativo en la carrera de los políticos. El experto subraya que la psicología del mentiroso moderno se ha adaptado, aprovechando la saturación de información y el sesgo de confirmación que prevalece en las redes sociales. Esto plantea un reto considerable para la sociedad, que debe encontrar nuevas formas de lidiar con la desinformación sin caer en el cinismo, incentivando a líderes y ciudadanos a fomentar una comunicación más veraz y responsable para la estabilidad democrática.
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