The Cure, la emblemática banda inglesa y bastión del afterpunk, ha vuelto a los escenarios con un único concierto en 2024, que tuvo lugar en la histórica sala Troxy de Londres. Ante una audiencia fervorosa que llenó el recinto y muchos más siguiendo la transmisión en vivo por YouTube, Robert Smith, líder indiscutible del grupo, presentó su nuevo álbum «Songs Of a Lost World». Con 65 años, Smith no solo se presentó como el ícono que ha sido durante décadas, sino como un músico renovado, capaz de conectar con nuevas generaciones y mantener fieles a sus seguidores de siempre. La banda abrió con «Alone», una balada que refleja la introspección de Smith, pero cerró con el energético «Boys Don’t Cry», reafirmando su influencia en los corazones de los inadaptados.
El concierto fue un viaje sonoro que rememoró la esencia melancólica pero esperanzadora que define a The Cure. A lo largo de casi tres horas, Smith interpretó las nuevas canciones en el orden en que fueron editadas, lo cual ha provocado reseñas muy favorables, evocando las vibraciones del legendario «Disintegration». A pesar de los cambios físicos evidentes con el paso del tiempo, la capacidad artística de Smith se mantiene palpable. Vestido completamente de negro y cambiando de guitarra constantemente, lideró a la banda a través de un repertorio que mezcló lo nuevo con clásicos imprescindibles como «Lullaby» y «Pictures of You». Smith, satisfactorio en su papel de romántico atormentado, ofreció un espectáculo que ratificó su estatus como ícono cultural y mantuvo viva la conexión emocional con su audiencia.
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