En el prestigioso Festival de Cannes, la actriz debuta como directora con una obra que ha capturado la atención de críticos y público. La película ofrece un retrato crudo y visualmente impactante de la vida de una mujer que, tras haber sufrido numerosos abusos, encuentra en el arte una forma de redención y superación personal. Con un enfoque impresionista, la narrativa se desenvuelve de manera intensa y emocional, mostrando tanto el dolor de la protagonista como su valiente proceso de sanación. La dirección destaca por su estilo audaz y su capacidad para transmitir emociones complejas, consolidando la transición de la actriz al rol de cineasta de manera efectiva.
El estreno, que ha sido uno de los más comentados del festival, pone de relieve el poder liberador del arte y el impacto transformador que puede tener en personas que han enfrentado situaciones extremas. La actriz-directora consigue plasmar en la pantalla una historia profundamente personal, que resuena con la audiencia por su autenticidad y emotividad. El proyecto cinematográfico no solo marca un hito en la carrera de su creadora, sino que también contribuye a la discusión sobre temas sensibles como el abuso y la recuperación, generando un espacio para la reflexión y el diálogo en el ámbito del cine internacional.
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