Texas Instruments (TI) ha dado un paso significativo hacia la ampliación de su capacidad de producción de semiconductores en Estados Unidos mediante un acuerdo de financiación logrado con el Departamento de Comercio estadounidense bajo la Ley CHIPS. Este acuerdo asegura un apoyo financiero de 1.610 millones de dólares destinado a la construcción de tres nuevas fábricas de obleas de 300 mm en Sherman, Texas, y Lehi, Utah. Además, TI prevé obtener entre 6.000 y 8.000 millones de dólares en créditos fiscales por inversión en manufactura, junto con 10 millones de dólares para fomentar el desarrollo de la fuerza laboral en ambas regiones.
El proyecto incluye la edificación y equipamiento de tres instalaciones clave: SM1 y SM2 en Sherman; y LFAB2 en Lehi. Estas plantas producirán chips para sectores cruciales como el automotriz, industrial y de comunicaciones, cimentando la estrategia de TI de ofrecer una capacidad de manufactura confiable y de bajo costo con influencia geopolítica.
El panorama laboral y ecológico también se verá impactado positivamente. TI espera crear 2.000 empleos directos y miles de indirectos, impulsando la economía local. En consonancia con su compromiso medioambiental, las nuevas fábricas utilizarán exclusivamente energía renovable y seguirán los estándares LEED Gold, además de reutilizar hasta el 70% del agua empleada en sus procesos.
Haviv Ilan, presidente y CEO de TI, subrayó el compromiso de la compañía con la fabricación sostenible y la resiliencia de la cadena de suministro, agradeciendo el respaldo gubernamental.
Este acuerdo es parte de un esfuerzo más amplio impulsado por la Ley CHIPS para revitalizar la industria de semiconductores en Estados Unidos, con asignaciones que superan los 32.000 millones de dólares destinados a reducir la dependencia extranjera y mejorar la seguridad nacional.
La Secretaria de Comercio, Gina Raimondo, enfatizó la importancia de estas inversiones para mantener a Estados Unidos a la vanguardia en la producción de semiconductores avanzados, esenciales en campos como la inteligencia artificial y la defensa nacional. Estos proyectos, además, revitalizan comunidades y generan empleo en todo el país.
Con esta serie de inversiones, Texas Instruments reafirma su liderazgo en la industria de semiconductores, mostrando cómo la colaboración entre el sector privado y las políticas públicas puede impulsar la competitividad tecnológica de Estados Unidos en un mercado global desafiante y en continua evolución.