Con la liberación de los rehenes israelíes, surgen revelaciones inquietantes sobre el trato que recibieron durante su cautiverio, mientras las familias esperan la liberación de los que aún permanecen cautivos en Gaza. Un informe israelí liderado por el profesor Hagai Levine y publicado por el Foro de Rehenes y Familiares Desaparecidos detalla las condiciones extremas a las que fueron sometidos. Basándose en los testimonios de los liberados y en vídeos de Hamás, se descubren las torturas físicas y psicológicas infligidas a los rehenes, que incluían asfixia, encadenamientos y quemaduras. Vivieron en túneles oscuros con escasez de alimentos, agua y atención médica, enfrentándose a un deterioro físico visible, desnutrición y agotamiento extremo como sufrido por los 33 liberados en el primer tramo de la tregua de 2025.
Los relatos de los rehenes destacan no solo las brutalidades físicas, sino también la tortura psicológica a la que fueron sometidos, como falsas esperanzas de liberación inminente y noticias engañosas sobre sus familias, agravando así el aislamiento y la desorientación. Algunos rehenes fueron forzados a presenciar abusos físicos y sexuales de otros cautivos, y los que eran identificados como soldados recibieron un trato aún más severo, incluyendo aislamiento prolongado y privación de sueño. Los casos de Alon Ohel, gravemente herido y encadenado en condiciones extremas, y Yosef-Haim Ohana, que sufre problemas de salud debido al mal estado de las condiciones alimenticias e higiénicas, son ejemplos impactantes de la situación que persiste para algunos cautivos. El informe emplea una metodología que llama la Tríada del Riesgo de Cautiverio para explicar cómo los factores individuales, el comportamiento de los captores y el entorno de cautiverio condicionan el estado físico y mental de los rehenes.
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