Tesla ha logrado salvar por escaso margen sus beneficios del segundo trimestre de 2025, y lo ha hecho gracias a un actor inesperado: el Bitcoin. La revalorización de su cartera de criptomonedas aportó más de la mitad de los ingresos registrados en la partida de “Otros ingresos”, permitiendo a la compañía presentar beneficios ajustados por acción que superaron, por poco, las expectativas del mercado.
La empresa dirigida por Elon Musk reportó ingresos trimestrales de 22.496 millones de dólares, apenas superando el consenso de analistas que anticipaba 21.934 millones. Sin embargo, esta cifra representa una caída interanual del 11,78 %, la más acusada para Tesla en al menos los últimos diez años. La tesorería muestra señales de preocupación: el flujo de caja libre se redujo a 146 millones de dólares y, por primera vez en varios años, el saldo de caja total descendió. Este deterioro se debió en parte a un aumento de 300 millones de dólares en costes arancelarios, afectando especialmente su negocio en China y Europa.
Tesla informó de un beneficio por acción no GAAP de 0,40 dólares, apenas un centavo por encima del consenso. Sin embargo, sin los ingresos extraordinarios de “Otros ingresos”, el EPS habría sido solo de 0,33 dólares, por debajo de las previsiones. El desglose del formulario 10-Q de la compañía revela que esta partida incluye ganancias contables derivadas de la revalorización de su inversión en Bitcoin.
La cartera de 11.509 BTC de Tesla aumentó su valor de 950 millones de dólares a 1.233 millones en un trimestre, representando una ganancia de 282,9 millones de dólares, más del 70 % de los “Otros ingresos” reportados.
A pesar de estos ingresos adicionales, la presentación de resultados no convenció al mercado. Las acciones de Tesla cayeron alrededor de un 9 % en la apertura, presionadas por la contracción de ingresos y la confirmación de que su prometido modelo económico será una versión simplificada del Model Y. Esta estrategia podría causar canibalización interna sin ampliar su mercado total direccionable.
Frente a dudas sobre su negocio automovilístico, Musk insiste en que la inteligencia artificial aplicada a los robotaxis y al robot humanoide Optimus será el motor del crecimiento futuro. Durante una conferencia con inversores, Musk sugirió que alcanzar la autonomía a escala podría hacer la economía de Tesla muy atractiva para finales del próximo año.
La inversión en Bitcoin, iniciada en 2021 y criticada en su momento, ha funcionado como un colchón financiero en este trimestre complicado. Sin embargo, analistas advierten que depender de activos volátiles como las criptomonedas no es sostenible y subraya la necesidad de estabilizar los ingresos operativos del negocio principal. Con varios trimestres desafiantes por delante y una presión creciente sobre márgenes y entregas, Tesla enfrenta una etapa decisiva, mientras que el Bitcoin sigue siendo un rayo de luz en sus libros contables.