Dos nuevos estudios publicados en The Lancet revelan avances significativos en el tratamiento del cáncer de hígado no operable, abordando la enfermedad con un enfoque multidimensional que combina terapias ya existentes y nuevos medicamentos. Los ensayos, ambos en fase III, han probado con éxito que la integración de nuevas terapias dirigidas junto a la quimioembolización tradicional puede ralentizar la progresión de este tipo de tumores. Uno de los estudios, conocido como LEAP-012 y dirigido por el Idibaps-Clínic de Barcelona, evaluó la adición de lenvatinib y pembrolizumab en pacientes con hepatocarcinoma no metastásico no resecable. Aunque los resultados son modestos, extendiendo la supervivencia libre de progresión de 10 a 14,6 meses, representan un avance crucial para una enfermedad que no ha visto innovaciones significativas en dos décadas.
En un esfuerzo paralelo, el estudio EMERALD-1, liderado por la Clínica Universidad de Navarra, documentó que el uso combinado de durvalumab y bevacizumab junto a la quimioembolización reduce la progresión del cáncer en un promedio de 6,8 meses. Con aproximadamente 6.000 casos de cáncer de hígado diagnosticados anualmente en España, estas investigaciones representan un cambio positivo para pacientes con tumores en estadios intermedios y avanzados, que constituyen más del 60% de los diagnósticos. Los expertos destacan que, aunque estos avances aún no muestran un impacto estadísticamente significativo en la supervivencia global, su potencial para modificar la práctica clínica mundial es notable. Estos hallazgos no solo ofrecen esperanzas para un tratamiento más eficaz del cáncer hepático, sino que también subrayan la importancia de enfoques terapéuticos integrados.
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