Las recientes tensiones comerciales originadas por la guerra arancelaria impulsada por Estados Unidos han generado incertidumbre sobre las positivas previsiones para el consumo privado en 2025. A pesar del sólido incremento de la renta disponible derivado de la fortaleza del mercado laboral, que en 2024 registró un aumento del 2,8% en el número de asalariados y un incremento del 7,7% en su remuneración, las medidas arancelarias amenazan con frenar el dinamismo económico. El repunte de la tasa de ahorro a un 13,6% de la renta bruta disponible en 2024, junto con una inflación moderada, apuntaba a un aumento del gasto de los hogares este año. No obstante, el impacto de las tensiones comerciales podría desviar parte de esta energía hacia la cautela en el consumo.
El impulso del consumo y una mejoría en la inversión fueron cruciales para que el Producto Interno Bruto (PIB) de España creciera un 3,2% en 2024, destacándose como la economía más dinámica de la Eurozona. Ante este panorama, el Banco de España actualizó al alza su previsión de crecimiento económico para 2025, situándola en un 2,7%. Sin embargo, el centro de estudios CaixaBank Research advierte que para que estas previsiones puedan materializarse, resulta esencial moderar las actuales tensiones comerciales, cuyos efectos podrían impactar en la evolución de los indicadores económicos. La capacidad de financiación de los hogares, que alcanzó los 74.413 millones de euros en 2024, deberá enfrentarse al desafío de traducir este ahorro en gasto efectivo, mientras factores como el crecimiento de las pensiones y rentas de inversión continúan desempeñando un rol estabilizador en la economía familiar.
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