La organización Human Rights Watch (HRW) ha publicado un informe detallando las violaciones de derechos humanos que sufren migrantes y refugiados en Mauritania, un país clave en las rutas migratorias hacia Europa. Según el documento, las autoridades mauritanas, con el respaldo financiero de la Unión Europea y España, implementan medidas severas de control fronterizo que incluyen detenciones masivas, torturas y expulsiones ilegales hacia zonas peligrosas en las fronteras con Malí y Senegal. Entre los testimonios se encuentran casos de violencia física, detenciones prolongadas bajo condiciones inhumanas y supuestas agresiones sexuales. La investigación de HRW, llevada a cabo durante más de cuatro años, ha recopilado testimonios de víctimas, así como evidencia visual y documental que subraya la gravedad de los abusos cometidos.
A pesar de las denuncias, el Gobierno mauritano niega las acusaciones de tortura y racismo, aunque ha tomado algunas medidas como la adopción de un protocolo de desembarco para migrantes en 2025. Sin embargo, HRW enfatiza la complicidad europea en estas violaciones, criticando la falta de mecanismos eficaces para asegurar el respeto a los derechos humanos. La cooperación migratoria entre Mauritania y países europeos, particularmente España, ha llevado a un incremento en el control de las fronteras, con fondos destinados a operaciones que afectan los derechos de las personas migrantes. Las organizaciones de derechos humanos instan a una reevaluación de estas políticas, buscando garantizar un enfoque más humano en el manejo de la migración.
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