En un reciente enfrentamiento político, el ministro ha calificado de «sinvergüenza» a Alfonso Fernández Mañueco, líder del Partido Popular, en respuesta a comentarios que considera inapropiados. Este intercambio se produjo después de que Mañueco hiciera declaraciones que, según el ministro, trivializan el sufrimiento de los ciudadanos en un contexto delicado. La tensión ha escalado rápidamente, reflejando un ambiente político cada vez más polarizado y cargado de reproches.
Por su parte, Mañueco no se ha quedado callado y ha exigido la dimisión inmediata del ministro, argumentando que sus palabras son inaceptables y que no refleja la seriedad que requiere su cargo. Según el líder popular, bromear sobre temas sensibles demuestra una falta de respeto hacia quienes experimentan dificultades. Este cruce ha encendido un debate público sobre el tono y la responsabilidad con la que los políticos deben abordar cuestiones sensibles.
Leer noticia completa en El Mundo.