El enviado especial de las Naciones Unidas en Siria, Geir Pedersen, ha advertido sobre las posibles «consecuencias dramáticas» derivadas de las tensiones en el norte del país entre las fuerzas kurdas y los grupos respaldados por Turquía. Estas tensiones surgen en un contexto de acercamiento diplomático entre Turquía y Siria, evidenciado por la reciente visita del ministro de Exteriores turco, Hakan Fidan, al líder del Gobierno interino sirio, Ahmed al Shara. En este ambiente de incertidumbre y búsqueda de estabilidad, miles de mujeres kurdas han salido a las calles en Qamishli, al norte de Siria, para exigir igualdad de derechos ante el nuevo Ejecutivo islamista, reforzando la necesidad de soluciones políticas para evitar una escalada mayor.
Simultáneamente, en el contexto del conflicto entre Israel y Palestina, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, informó al parlamento sobre «ciertos avances» en las negociaciones con Hamás. Estas conversaciones buscan un alto el fuego que facilite la liberación de los rehenes capturados en Gaza. Durante su intervención, Netanyahu subrayó los «grandes logros» militares obtenidos por Israel en la Franja de Gaza, argumentando que esta presión ha resultado en un cambio de postura por parte de los líderes de Hamás, allanando así el camino hacia potenciales acuerdos de paz. Estos movimientos diplomáticos destacan la complejidad de la situación geopolítica en la región y la necesidad de negociaciones continuas para alcanzar una estabilidad duradera.
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