Desde la adquisición y renombramiento de Twitter como X por parte de Elon Musk en 2022, diversos partidos e instituciones en Cataluña se enfrentan a un dilema: abandonar la plataforma en protesta por su “deriva” o continuar en ella para mantener la comunicación con sus seguidores. La división de opiniones es evidente, como demuestran las diferentes posturas adoptadas por los partidos con representación en el Parlament. Formaciones como los Comuns y la CUP debaten internamente su permanencia en la plataforma, mientras que otros, como Vox y Aliança Catalana, defienden su continuación debido a la falta de censura que perciben. Por otro lado, Junts y el PPC argumentan la importancia de no perder este canal de comunicación con la sociedad.
Además de las decisiones a nivel de partido, algunos líderes políticos han optado por cerrar sus cuentas personales en X, como es el caso del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y otros miembros del gobierno. Mientras tanto, el Ayuntamiento de Barcelona ha limitado su presencia únicamente a comunicaciones de emergencia. Carles Pont, profesor de la Universitat Pompeu Fabra, advierte que dejar la plataforma libre para la extrema derecha podría reforzar su discurso. Sin embargo, también plantea si se le está otorgando demasiada relevancia a X en el actual panorama de redes sociales. En medio de este debate, el Parlament y el Govern siguen evaluando su presencia en la plataforma, atentos a las decisiones de otras instituciones.
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