Las tensiones en la frontera entre Israel y el Líbano han alcanzado un nuevo punto crítico con el ataque de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) contra un puesto de observación de la misión de la ONU en Dhayra. La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (UNIFIL), en la que participa un contingente de 650 militares españoles, ha denunciado que las FDI dispararon tras percatarse de que sus operaciones eran observadas por los cascos azules. La UNIFIL ha señalado además que Israel ha exigido anteriormente el desalojo de sus posiciones a lo largo de la Línea Azul y ha dañado deliberadamente equipos de vigilancia y comunicación de la misión. Estos incidentes se suman a una serie de ataques y presiones que la misión ha estado enfrentando desde que comenzaron las hostilidades renovadas entre Israel y la milicia chií libanesa Hizbulá.
El jefe de la UNIFIL, el teniente general español Aroldo Lázaro, ha manifestado su firme voluntad de continuar con su misión a pesar de los crecientes ataques israelíes. Al frente de la Brigada Multinacional Este, compuesta por unos 3,500 efectivos de nueve nacionalidades, Lázaro ratifica el compromiso de la ONU con la seguridad y estabilidad de la región hasta su mandato previsto hasta febrero de 2025. La misión ha recordado a las partes involucradas su obligación de garantizar la seguridad del personal de la ONU, subrayando que cualquier ataque contra estos constituye una grave violación del derecho internacional. A pesar de los reiterados intentos de poner fin a la presencia internacional en la zona, la UNIFIL continúa sus labores de monitoreo y reporte, en un entorno cada vez más desafiante.
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