Las tensiones en Oriente Próximo han vuelto a intensificarse tras la decisión de Israel de detener la entrada de ayuda humanitaria a Gaza. Esta medida se produjo después de que expirara la primera fase del acuerdo de alto el fuego establecido entre Israel y Hamás, según un comunicado emitido por la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. El cese temporal de hostilidades había permitido la entrada de suministros esenciales a la población afectada por el conflicto, generando cierta esperanza de alivio humanitario. Sin embargo, el bloqueo anunciado promete complicar aún más la situación en el enclave, donde la necesidad de alimentos, medicinas y otros recursos sigue siendo crítica.
La decisión de Israel de suspender la entrada de ayuda ha generado preocupación internacional, dado el impacto inmediato en las condiciones de vida de los residentes de Gaza, que ya enfrentan severas dificultades debido al prolongado enfrentamiento. Las organizaciones humanitarias han advertido que la falta de acceso a recursos básicos podría intensificar aún más la crisis humanitaria en la región. Esta acción también pone en riesgo de ruptura el acuerdo de alto el fuego, aumentando las tensiones y potencialmente exacerbando el conflicto. La escena está ahora marcada por una incertidumbre creciente, mientras la comunidad internacional observa con cautela los desarrollos futuros en esta frágil tregua.
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