El alto el fuego en la Franja de Gaza, establecido en enero tras 15 meses de intensos bombardeos, enfrenta una de sus situaciones más delicadas ante la suspensión por parte de Hamás de la liberación de rehenes israelíes, en respuesta a lo que consideran violaciones de la tregua por parte de Israel. Esta decisión ha provocado una reacción inmediata del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien emitió un ultimátum desde el Despacho Oval, instando a la organización islamista palestina a liberar a todos los rehenes antes del próximo sábado. Trump advirtió que, de no cumplir con su demanda, consideraría anulado cualquier tipo de acuerdo, dejando que las hostilidades puedan reanudarse sin restricciones.
Mientras tanto, Trump se prepara para recibir en la Casa Blanca al rey de Jordania, Abdalá II, quien ha expresado su rechazo a un controvertido plan promovido por el presidente estadounidense para desplazar a dos millones de habitantes de Gaza y transformar el enclave en un polo turístico. Hamás, por su parte, pidió a Trump que respete los acuerdos establecidos, argumentando que las amenazas sólo complican la situación. En medio de este tenso panorama, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ha instado a Hamás a continuar con la liberación de rehenes, enfatizando la necesidad de evitar una tragedia humanitaria en la región si las hostilidades se reactivan.
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