Durante la madrugada, el Ejército de la India llevó a cabo un bombardeo sobre nueve supuestas bases terroristas en Pakistán y la Cachemira bajo administración pakistaní, en respuesta a la planificación de ataques contra territorio indio. La operación, denominada Sindoor, fue anunciada por el Ministerio de Defensa de la India, señalando que se dirigió exclusivamente contra infraestructuras terroristas, evitando instalaciones militares pakistaníes. El conflicto entre ambas naciones, ambas potencias nucleares, se agrava tras un reciente ataque a turistas hindúes en Cachemira india, del cual India responsabiliza a Pakistán. En respuesta a las acusaciones, Pakistán niega cualquier implicación, mientras un portavoz militar confirma que la respuesta está en marcha, destacándose la diversidad de las posiciones atacadas, entre ellas mezquitas.
El relato de los acontecimientos destaca el corte de electricidad en Muzaffarabad, capital de Cachemira pakistaní, seguido de fuertes explosiones y bombardeos en áreas fronterizas. La tensa relación entre India y Pakistán se ve agudizada por estas acciones, con declaraciones tajantes desde ambos lados. India acusa a Pakistán de apoyar a grupos armados en Cachemira, región disputada por la que ambos países han sostenido dos guerras desde su independencia. La situación se torna más crítica con el reciente ataque en Pahalgam, reivindicado por el Frente de Resistencia, un grupo asociado a Lashkar-e-Taiba. Las hostilidades, con una larga historia, mantienen la región en un estado de constante alerta y preocupación internacional.
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