Las fuerzas de seguridad de Israel han detenido a siete individuos en Jerusalén, acusados de colaborar con el servicio de inteligencia de Irán en la planificación de asesinatos de altos funcionarios israelíes. Según el Shin Bet y la policía israelí, este caso se suma a otros intentos frustrados de asesinatos dirigidos por Irán en las últimas semanas. Entre los objetivos principales de esta célula se encontraban un científico israelí de renombre y el alcalde de una importante ciudad israelí. Los sospechosos, todos residentes del barrio de Beit Safafa, predominantemente palestino, también habrían sido instruidos para realizar ataques adicionales, incluyendo la explosión de un vehículo policial y un ataque con granadas, a cambio de una compensación económica significativa. Hasta el momento, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán no ha emitido comentarios sobre estas acusaciones.
Durante la investigación, las autoridades encontraron pruebas contundentes, como 50.000 shekels en efectivo, placas de matrícula falsificadas y múltiples tarjetas de crédito en posesión de los sospechosos. La fiscalía de Jerusalén planea presentar cargos graves contra ellos por delitos relacionados con la seguridad del estado. Esta operación de seguridad se acompaña de la reciente desarticulación de una red de espionaje iraní en Israel, lo que refuerza la tensión existente entre ambos países. Además, Israel, que ha mantenido históricamente una activa red de operaciones de inteligencia en Irán, ha estado implicado en acciones no confirmadas oficialmente, como el asesinato del político de Hamás Ismail Haniya en julio, aunque los detalles siguen sin ser aclarados. La colaboración entre ciudadanos de Jerusalén y actores iraníes subraya la compleja red de influencias y operaciones encubiertas que caracterizan la relación entre Israel e Irán.
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