En un reciente pronunciamiento, el portavoz del Partido Popular (PP) en el Congreso ha criticado duramente al Gobierno central, acusándolo de estar «secuestrado por los independentistas». Según las declaraciones del representante del PP, el Ejecutivo ha cedido a las demandas de los grupos independentistas para asegurar su continuidad en el poder. Estas acusaciones se enmarcan en un clima político tenso y polarizado, donde las alianzas y acuerdos con quienes apoyan la independencia de ciertas regiones de España han sido tema recurrente de debate. La oposición ve en estas alianzas una amenaza a la integridad territorial y política del país, argumentando que el Ejecutivo está sacrificando principios fundamentales a cambio de mantenerse en el poder.
El contexto de estas declaraciones se nutre de una prolongada controversia sobre la influencia de los partidos independentistas en la política nacional. En medio de negociaciones presupuestarias y legislativas claves, los críticos temen que las concesiones podrían redundar en políticas que favorezcan exclusivamente a ciertas comunidades autónomas. Además, el portavoz del PP ha insistido en que esta supuesta dependencia del Ejecutivo central hacia los partidos independentistas erosiona la credibilidad institucional y fomenta divisiones internas. Mientras tanto, el Gobierno ha defendido sus acuerdos, subrayando la importancia del diálogo y el consenso para la estabilidad política y la gobernabilidad efectiva del país.
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