El mercado de las telecomunicaciones en España se ha convertido nuevamente en foco de atención tras las conversaciones informales entre Telefónica y MásOrange para un posible acuerdo que les permitiría adquirir y repartir los activos de Vodafone España. Según fuentes citadas por Bloomberg, las dos compañías evalúan distintos escenarios para fortalecer su posición en un sector altamente competitivo donde la rentabilidad es un desafío constante.
La posible compra compartida surge tras la adquisición de Vodafone España por Zegona en 2023, operación valorada en aproximadamente 5.000 millones de euros. Ahora, con el objetivo de sanear sus operaciones, Vodafone está en busca de maximizar el valor de sus activos antes de una eventual venta. Telefónica y MásOrange, el operador más grande tras la fusión de MásMóvil y Orange, han iniciado el análisis de una operación conjunta que implique dividir las operaciones de Vodafone para sortear posibles trabas regulatorias y evitar problemas de competencia. Además, MásOrange ha mostrado interés en Lowi, la marca de bajo coste de Vodafone, lo que fortalecería su oferta en un mercado saturado de tarifas económicas.
Este enfoque no es nuevo para Telefónica. En 2020, la multinacional española participó en la compra y reparto de los activos de Oi en Brasil, experiencia que podría servir de precedente para obtener la aprobación regulatoria al argumentar que el reparto de activos puede fortalecer a los operadores locales y garantizar la sostenibilidad del sector.
El mercado español ha sido escenario de una intensa guerra de precios, especialmente dentro del segmento de bajo coste, con una alta migración de clientes en busca de mejores ofertas. La consolidación de MásMóvil con Orange no logró reducir significativamente esta competencia, y la entrada de nuevos actores como Digi sigue presionando los márgenes del sector.
Para que esta operación de gran envergadura se materialice, la financiación y el cumplimiento de requisitos regulatorios son retos primordiales. Telefónica, en particular, enfrenta restricciones debido a su calificación crediticia y ha expresado que no pondrá en riesgo su perfil financiero. Sin embargo, es posible que se exploren estructuras financieras creativas para hacer viable el acuerdo.
Si la operación se lleva a cabo, el mercado español volvería a concentrarse en torno a tres grandes operadores dominantes, esquema conocido como “las tres marías”, con Digi como tercer actor importante. El reparto de los activos de Vodafone fortalecería la posición de Telefónica y MásOrange frente a los desafíos de inversión y rentabilidad, eliminando un competidor significativo.
Aunque no hay propuestas formales ni garantías de que las negociaciones se concreten, la perspectiva de un acuerdo de esta magnitud podría marcar el inicio de un nuevo capítulo en la consolidación de las telecomunicaciones en España. La evolución de las conversaciones dependerá en gran medida de la postura de los reguladores y de la habilidad de las empresas para estructurar una operación que supere los desafíos competitivos y financieros.
La posible compra y reparto de Vodafone España por parte de Telefónica y MásOrange podría transformar significativamente el panorama del sector en los próximos años, devolviendo al mercado a una estructura más concentrada y generando un nuevo ciclo en la búsqueda de rentabilidad e innovación.
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