Después de 24 años, Telefónica se prepara para dejar el mercado mexicano como parte de una estrategia más amplia de desinversión en Hispanoamérica, confirmada por su presidente Marc Murtra. La empresa, que llegó a tener 23 millones de clientes en México bajo la marca Movistar, sigue buscando un comprador para su base de clientes tras anunciar su intención de retirarse del mercado. La firma española planea centrar sus operaciones en España, Alemania, Reino Unido y Brasil, además de finalizar su presencia en otros países latinoamericanos como Chile, Venezuela y próximamente Colombia. Este retiro marca el fin de una época de ambiciosos planes de expansión y desafíos regulatorios en la región.
El inicio de Telefónica en México fue prometedor, impulsado por la adquisición de operadoras locales y estrategias agresivas de tarifas para ganar cuota de mercado. Sin embargo, a pesar de convertirse en el segundo operador de telefonía móvil en México, enfrentó obstáculos como la concentración del mercado y costos elevados por el uso del espectro. La reforma de telecomunicaciones de 2013 no logró aliviar sus desafíos regulatorios, y en 2019, la empresa optó por un acuerdo con AT&T para usar su red, cambiando su enfoque a un operador móvil virtual. Sin embargo, la baja rentabilidad resultante y la competencia en alza, con rivales como AT&T y Virgin Mobile, precipitaron su estrategia de desinversión.
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