Telefónica continúa su descenso en la bolsa, registrando una caída del 2,8% que la lleva a cotizar a 3,62 euros por acción, justo después de la apertura de Wall Street. Esta situación se agrava tras haber enfrentado su peor jornada en cinco años, lo que ha llevado a la compañía a mínimos que no se veían desde febrero de 2024. El mercado ha reaccionado de manera negativa a la rebaja en las previsiones de flujo de caja libre y a un aumento esperado en el ratio de deuda para finales de año. Además, la empresa anunció una drástica reducción de su dividendo, que se recortará a la mitad en 2027, lo que ha sorprendido a los inversores.
Analistas de JP Morgan han señalado que las expectativas de Telefónica son decepcionantes, especialmente la falta de objetivos claros en su plan estratégico de consolidaciones en el sector. Con la reciente caída, la compañía ha borrado todas las ganancias acumuladas en el año y ha sufrido una pérdida superior al 8%. Esta situación ha impactado en el Ibex 35, donde Telefónica es uno de sus componentes más significativos, contribuyendo a limitar sus subidas. A medida que avanza el año, el futuro de la teleco parece incierto, con un entorno competitivo que no presenta muchos catalizadores positivos a corto plazo.
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