Empresas y ciudadanos están tomando medidas para reducir sus obligaciones tributarias en España mediante pequeños gestos que fomentan la sostenibilidad. Desde la mejora en climatización de viviendas hasta la compra de vehículos eléctricos, estas acciones no solo benefician al medio ambiente, sino que también ofrecen incentivos fiscales.
La fiscalidad verde ha crecido en relevancia, convirtiéndose en un mecanismo esencial para avanzar hacia una economía más sostenible. Basada en el artículo 45 de la Constitución española, esta estrategia busca proteger el entorno mediante impuestos que incentivan prácticas ecológicas, asegura Araceli Vázquez, experta de Cuatrecasas.
Entre las medidas más destacadas está la deducción en el impuesto sobre la renta por obras de eficiencia energética en las viviendas. Sin embargo, su aplicación ha sido limitada: solo el 0,23% de los contribuyentes la utilizaron en 2022, con una deducción media de poco más de 500 euros. Este incentivo, aunque positivo, es criticado por ser regresivo, ya que beneficia mayormente a aquellos con rentas más altas.
Por otro lado, las donaciones a organizaciones no gubernamentales también ofrecen deducciones significativas. Casi el 28,5% de los contribuyentes se beneficiaron de esta opción, sumando 690 millones de euros en deducciones. Estas donaciones, que incluyen sectores diversos como cultura, deporte y conservación, están altamente incentivadas, con un máximo deducible del 80% para las primeras aportaciones.
El incentivo por la compra de vehículos eléctricos es menos accesible para quienes tienen ingresos inferiores a 23.238 euros, a pesar de una base máxima de 20.000 euros. Esto resalta un desequilibrio en la capacidad de aprovechar estas ventajas fiscales.
Las autonomías también ofrecen deducciones en sus cuotas, con un ejemplo notorio en Cataluña, donde las contribuciones a entidades medioambientales pueden deducirse un 15%. A nivel de empresas, el impuesto sobre sociedades permite amortizaciones aceleradas para inversiones en energía renovable y vehículos eléctricos.
En el ámbito municipal, los tributos permiten bonificaciones significativas cuando se integran sistemas de energía solar o puntos de recarga para vehículos eléctricos. A pesar de estas medidas, España se encuentra por debajo de la media europea en recaudación de impuestos medioambientales, representando apenas el 1,6% del PIB en 2023.
La filantropía ambiental es cada vez más incentivada, aunque expertos como Vázquez consideran que las medidas actuales son insuficientes para un cambio sustancial. En otros países europeos, programas como el Gift Aid en Reino Unido y deducciones empresariales en Francia fomentan la inversión en iniciativas ecológicas, mostrando una tendencia global hacia la sostenibilidad fiscal.
Fuente: Gestha