En la reciente cumbre de la OTAN celebrada en La Haya, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, reafirmó su intención de incrementar el gasto en defensa al 2,1% del PIB, una decisión que, aunque notable, se queda corta frente a las expectativas de algunos aliados, como Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump, que abogan por alcanzar el 5%.
Un nuevo informe elaborado por los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) revela el profundo impacto presupuestario que supondría cada uno de estos escenarios. La propuesta de Sánchez, de 2,1% del PIB, implicaría un gasto adicional de 9.400 millones de euros entre 2026 y 2028. Esta opción es considerada la más viable dentro de los márgenes fiscales actuales de España.
En contraste, la propuesta de aumentar el gasto al 3,5% del PIB, apoyada por el secretario general de la OTAN, conllevaría un desembolso adicional de 55.800 millones de euros en el mismo periodo, incluyendo inversiones en infraestructuras y seguridad. Finalmente, satisfacer la demanda de Trump de un gasto equivalente al 5% del PIB requeriría más de 107.000 millones de euros adicionales, un objetivo que muchos consideran inabarcable debido a su significativo impacto en las finanzas públicas.
Actualmente, España se sitúa a la zaga dentro de la OTAN en términos de gasto en defensa, con un modesto 1,28% del PIB en 2024, por debajo del promedio de la Alianza que es del 2,71%. Sin embargo, desde 2021, España ha incrementado su inversión militar en un 43,2%, superando el crecimiento medio del 24,6% observado en la OTAN.
A pesar de que el Gobierno de Sánchez se compromete a alcanzar el 2% del PIB en 2025, varios aliados consideran insuficiente este avance para enfrentar las crecientes tensiones globales. Desde el Ministerio de Hacienda alertan que un aumento hasta el 5% en gasto militar implicaría necesariamente recortes en áreas sociales o incrementos en los impuestos, algo que el Ejecutivo se muestra reacio a afrontar. Según Gestha, cumplir con las expectativas más exigentes resultaría inviable sin comprometer otras áreas clave del gasto público.
Fuente: Gestha