Los expertos señalan que es viable tintarse la piel, una práctica que permite modificar su color temporalmente. Sin embargo, enfatizan la importancia de seguir ciertas precauciones para evitar complicaciones. Entre las recomendaciones principales, se destaca la necesidad de respetar un periodo de recuperación durante el cual la piel no debería estar expuesta al sol ni sumergirse en piscinas o en el mar. Esto se debe a que la exposición prematura podría causar irritaciones, daños adicionales o interferencias con el proceso de curación del tejido.
Este procedimiento, que ha ganado popularidad por razones estéticas y de moda, debe ser realizado con cuidado para prevenir efectos adversos. Los profesionales sugieren el uso de productos específicos diseñados para minimizar riesgos y recomiendan una asesoría previa con un especialista en dermatología para asegurar un resultado óptimo. La aplicación inadecuada o la omisión de las indicaciones postprocedimiento pueden resultar en complicaciones indeseadas, por lo que es crucial seguir las directrices establecidas para salvaguardar la salud de la piel.
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