Con la estabilización de los servidores de inteligencia artificial, los robots humanoides se posicionan como la próxima gran revolución tecnológica. Analistas y directivos de importantes empresas predicen que este sector podría multiplicar por diez el mercado de los vehículos eléctricos, convirtiéndose en uno de los motores industriales más grandes del siglo XXI.
Según Digitimes, los robots humanoides representarán el 2% del mercado global en 2030, valorándose en 12.000 millones de dólares taiwaneses. Sin embargo, Morgan Stanley estima que este mercado podría llegar a los 5 billones de dólares para 2050, con mil millones de unidades operativas en todo el mundo. C.C. Wei, presidente de TSMC, apoyó esta perspectiva, afirmando que el mercado de robots humanoides será significativamente mayor que el de los vehículos eléctricos.
No obstante, la adopción masiva de estos robots aún está distante debido a los altos costos actuales. Por esta razón, se espera una generación intermedia de robots, conocida como la “versión 0.5”, destinada principalmente a aplicaciones industriales como almacenes y fábricas. Un ejemplo es el Stretch de Boston Dynamics, cuyo uso ya ha sido incorporado por empresas como DHL.
Taiwán está jugando un papel estratégico en esta evolución, no al enfocarse en el desarrollo de robots completos, sino al especializarse en componentes clave como sensores de seguridad y módulos de interacción. Touché Solutions, una empresa emergente taiwanesa, ha innovado con su “T-skin”, una piel electrónica que permite mejorar significativamente la interacción segura entre robots y humanos.
El mercado de robots humanoides no solo abarca la logística y la industria, sino también la agricultura, sanidad, asistencia a personas mayores y manufactura avanzada. Con el envejecimiento poblacional en Asia y Europa, la demanda de robots que puedan suplir carencias laborales se espera que crezca exponencialmente en las próximas décadas.
Pese al optimismo, algunos expertos advierten sobre el riesgo de una burbuja tecnológica. Para evitar este escenario, es crucial transformar la fascinación por los robots humanoides en aplicaciones rentables y escalables. El éxito dependerá de la capacidad de superar desafíos en sensores, materiales, baterías y algoritmos de control. De lo contrario, el prometedor mercado podría no ser más que una ilusión.
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