El último derbi entre el Oviedo y el Sporting de Gijón, celebrado en el estadio Carlos Tartiere, reafirmó su reputación como uno de los duelos más intensos del fútbol local al ser temporalmente interrumpido por el lanzamiento de objetos desde las gradas. El incidente ocurrió cuando el árbitro, Sesma Espinosa, vio obstaculizado un saque de banda del jugador gijonés Guille Rosas debido al impacto de bolas provenientes del tifo, que dejaron a los futbolistas visitantes incapaces de continuar. Tras consultar con el capitán del Sporting, Cote, y al persistir los lanzamientos, el árbitro decidió retirar a los equipos del campo, deteniendo el partido en el minuto 40.
La decisión fue seguida por un anuncio en los videomarcadores y una advertencia a través de la megafonía del estadio, que pedía a los aficionados locales cesar en su conducta para evitar la suspensión definitiva del encuentro. Afortunadamente, el clima de tensión se disipó rápidamente y permitió que el juego se reanudara transcurridos aproximadamente 15 minutos. Los equipos retornaron al campo junto con el cuerpo arbitral, y el partido se desarrolló sin más incidentes, devolviendo la normalidad al esperado enfrentamiento entre los dos históricos rivales asturianos.
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